Stokes se graduó en Cambridge en 1841
con el número uno de su clase en matemáticas.
En 1849 le nombraron profesor de
matemáticas en Cambridge. En 1854 secretario de la Royal Society, y en 1885
presidente de la misma sociedad. Nadie había ocupado estos tres puestos desde
Isaac Newton, un siglo y medio antes. La visión clara de Stokes queda señalada
por el hecho que fue uno de los primeros científicos que comprendieron el valor
de los trabajos de Joule.
Entre 1845 y 1850 Stokes trabajó en la
teoría de los fluidos viscosos. Dedujo una ecuación (ley de Stokes) que podía
aplicarse al movimiento de pequeñas esferas cayendo por un medio viscoso, para
conocer la velocidad bajo la influencia de una fuerza dada, tal como la
gravedad. Esta ecuación podía utilizarse para explicar cómo flotan las nubes en
el aire y las olas se calman en el agua. También podía usarse en problemas
prácticos que tenían relación con la resistencia que opone el agua a los barcos
que navegan por ella. Tal es la intercomunicación de la ciencia, que seis
décadas después de enunciada la Ley de Stokes, que se usó para un fin que el
propio Stokes nunca hubiera imaginado, ayudar a limitar la carga eléctrica a un
único electrón, en un experimento famoso de Millikan.
Trabajo también en fluorescencia,
sonido y luz. Estudió las radiaciones ultravioletas por medio de las
fluorescencias que producían. Fue el primero en demostrar que el cuarzo es
atravesado por las radiaciones ultravioletas, mientras que el vidrio ordinario
no lo es.
También se ocupó del concepto del éter
luminoso, a través del cual se suponía se propagaba la luz, concepto que había
intrigado a los físicos durante medio siglo desde Fresnel. Stokes trató de
explicar las propiedades contradictorias aparentes del éter y sugirió que era
como una especie de cera que puede ser muy resistente a un golpe repentino
fuerte, pero ceder a una fuerza pequeña pero continuada. (Así, la luz
encontraría el éter rígido, pero un planeta que se mueve mucho más lentamente
lo encontraría dúctil). También sugirió que el éter en los alrededores de un
planeta en movimiento sería arrastrado por él. Estas explicaciones sobre las
propiedades del éter sirvieron para introducir nuevas dificultades, sin
embargo, el asunto vino a ocupar un primer plano poco tiempo después con los
trabajos de Michelson.
En sus conferencias en Cambridge,
Stokes dio interpretaciones sobre las líneas de Fraunhofer que, en efecto,
fueron un anticipo de las teorías posteriores de Kirchhoff. Aunque Stokes nunca
publicó sus ideas, otras personas trataron de concederle tal honor.
El mismo Stokes (que tenía un carácter
afectuoso, generoso y modesto) insistía en que él no había observado los puntos
fundamentales en que se basaban sus teorías y que por lo tanto no podía reclamar
prioridad alguna.
En 1896, casi al final de su larga
vida, estuvo entre los primeros en sugerir que los rayos X, recientemente
descubiertos por Roentgen eran radiaciones electromagnéticas análogas a la luz.
Stokes recibió la medalla Rumford de la
royal Society en 1852, y la medalla Copley en 1893. Fue miembro conservador del
Parlamento por la Universidad de Cambridge de 1887 a 1892, como en su momento
lo había sido Newton.
Stokes fue nombrado barón en 1889.
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