Gold fue uno de los que huyó de la
Europa Central dominada por Hitler cuando todavía había tiempo. Igual que en
tantos otros casos supuso una pérdida para los alemanes y una ganancia para
América. Gold se estableció en Inglaterra durante dos décadas, asistiendo a la
Universidad de Cambridge en 1942, donde obtuvo su título <master> en
1945. En 1956 llegó a los Estados Unidos y después de un año en Harvard aceptó
un puesto de profesor en la Universidad de Cornell.
La cosmología fue lo que proporcionó
más fama a Gold, es decir, la rama de la astronomía que trata de la estructura
total del Universo. Gracias a los trabajos de Hubble la visión del hombre se
había extendido más allá de la Via Láctea, hacia un espacio lleno de galaxias
incontables, algunas de las cuales estaban destinadas a unirse (por lo menos
temporalmente) formando conglomerados, pero a rasgos generales las galaxias y
dichos conglomerados estaban separándose unos de otros. La velocidad relativa
de una galaxia con respecto a otra era proporcional a la distancia entre ellas.
Esto era lo que se daba en llamar <Universo en expansión>, para el cual
se pueden encontrar justificaciones en las ecuaciones de Einstein de la teoría
general de la relatividad.
Con el fin de interpretar la estructura
del Universo, los astrónomos hicieron uso de lo que se llama el principio
cosmológico, que dice en esencia, que desde un punto de vista muy amplio, el
Universo en homogéneo. Es decir, visto desde cualquier punto la imagen de las
galaxias sería exactamente igual que si se viera desde nuestra situación
especial en la Tierra. (Si este principio no se acepta, entonces todo lo que
vemos se puede interpretar como una condición puramente local de modo que no se
podrá establecer ninguna conclusión sobre el Universo en conjunto. En
definitiva, acabaría por no existir la cosmología.)
A algunos astrónomos, incluyendo
notablemente a Gold, les parecía que el principio cosmológico debía definirse
tanto en el tiempo como en el espacio, de modo que el Universo no solo debería
parecer el mismo desde cualquier punto del espacio, sino en cualquier época del
pasado o del futuro. Pero el concepto de Universo en expansión parecía excluir
esta suposición, puesto que en el pasado las galaxias tendrían que haber estado
mucho más juntas que en el presente, y en el presente más juntas que en el
futuro.
En 1948 Gold y otros sugirieron que
cuando las galaxias se separaban se formaba materia nueva en las vastas
regiones del espacio entre ellas, de modo que cuando se hubiera doblado la
distancia entre dos galaxias vecinas se habría formado suficiente materia entre
ellas para construir una nueva galaxia, con lo cual, la densidad con la que las
galaxias cubrían el espacio permanecía inmutable.
Más adelante este fenómeno no aumentó
el número total de galaxias, puesto que cuanto más se alejaba una galaxia de un
punto de referencia dado (por ejemplo, nosotros mismos) se movía más
rápidamente hasta que alcanzaba la velocidad de la luz, desapareciendo de
nuestra vista. Según esto, las galaxias viejas se alejaban de nuestro universo
y al mismo tiempo nacían otras nuevas, pero la imagen conjunta no cambiaba con
el tiempo.
Este Universo <constante> implica creación continua, puesto que la
materia (se supone que en forma de átomos de hidrógeno) debe crearse
continuamente de la nada para que todo el sistema funcione. La velocidad a la
que esto tiene lugar es demasiado pequeña para ser detectada, puesto que para
formar nuevas galaxias en la proporción suficiente para contrarrestar el
alejamiento de las antiguas se ha calculado que no se necesitan más de 500
átomos de hidrógeno formados en cada kilómetro cúbico de espacio por año.
La teoría de la creación continua fue
difundida de manera ardiente por Hoyle. De la misma manera que Gamov se ha opuesto a ella de manera totalmente
intransigente, apoyando la teoría de Lamaître del <gran estallido> y
visualiza el Universo formado por galaxias que se alejan continuamente bajo el
impacto de la explosión inicial, como una pequeña cantidad de gas en expansión
y nada más que eso.
La teoría de la creación continua
implica la violación de las leyes de la termodinámica, puesto que la materia
(y, por tanto, la energía) se crea de la nada, mientras que la entropía total
del Universo no aumenta, como habían mantenido los físicos durante un siglo,
desde Clausius, sino que permanece constante.
La controversia entre ambas teorías
sigue vigente, aunque hoy en día es mucho más difundida (entre el público en
general) la del gran estallido “Big Ban”. No obstante grandes lagunas se
ciernen sobre todas las teorías generales cosmológicas, entre ellas la
consabida materia oscura.
Senovilla curso sus estudios universitarios en Salamanca, no muy lejos de su Ávila natal, y tal vez influenciado por la vorágine espacial de la década de los 60, nació al comienzo de la década, se decantó por la física y en particular por la teórica.
Obtuvo su licenciatura en ciencias físicas en 1982 y su doctorado en Física Teórica en 1986, ambos en la Universidad de Salamanca.
Realmente se puede ver la evolución de su carrera, tanto investigadora como docente, como modelo a seguir por futuras generaciones de científicos.
Becario en diversas instituciones hasta 1990 que accede como profesor titular de Física Teórica en la Universidad de Barcelona hasta 1999. Este año es nombrado catedrático de Física Teórica en la Universidad del País Vasco, puesto que sigue ocupando en el día de escribir estas líneas.
A nivel investigador mencionar que desde 1999 ha ido siendo Investigador Invitado en instituciones muy prestigiosas por medio mundo.
Su gran labor investigadora (en Relatividad General, Gravitación, Cosmología Teórica) se ha plasmado en la publicación de más de un centenar de artículos, destacando sus contribuciones, antes de cumplir los treinta años, a los fundamentos matemáticos de la Relatividad, que mereció un elogioso editorial por parte de Sir John Maddox en la revista Nature. También la denominada “Senovilla`s slowing time theory” y por supuesto su relación con el reciente descubrimiento de los primeros ejemplos de “capas dobles” gravitatorias.
Fue miembro electo (primer representante español) del comité de la Sociedad Internacional de Relatividad General y Gravitación.
En la actualidad es miembro de multitud de instituciones y sociedades, destacando su pertenencia a:
Destacar también más de una veintena de artículos de divulgación en periódicos y revistas no especializadas, así como multitud de conferencias.
Estaremos de acuerdo, o por lo menos es la idea del que os hace perder el tiempo con este blog, que no hay un mejor personaje para dar inicio a nuestro particular homenaje a Albert Einstein y al centenario (1915-2015) de la publicación de la Teoría de la Relatividad General.
Con la esperanza de que estas imágenes despierten vuestra imaginación y os animen a seguir con la labor científica y divulgativa. Así como con que el año 2015 sea un “Relativamente” buen año…
Vídeo de la charla sobre los Teoremas de Singularidades impartida online por el Prof. José M. M. Senovilla, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) el día 11/11/2020. Al finalizar la charla se da paso a algunas preguntas del público y se inicia una mesa redonda con la participación de varios investigadores invitados: Ana Achúcarro, Iván Agulló, Isabel Cordero y Roberto Emparan, quienes hablan sobre temas relacionados con el origen del universo, los agujeros negros y las singularidades.
Evento moderado por Ruth Lazkoz y Gonzalo J. Olmo y organizado por la Sociedad Española de Gravitación y Relatividad (SEGRE).
Normalmente no nos gusta incluir música en nuestra web, opinamos que puede distraernos en la comprensión del trabajo de los maestros a los que pretendemos homenajear. Pero hoy no, hoy creemos que el homenaje será mucho mas completo si os hacéis el favor de pulsar play, subís el volumen y os preparáis para conocer a este hombre de ciencia que encendió la necesidad de conocer más entre los que fuimos jóvenes durante los 80.
Carl Edward Sagan fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y divulgador científico estadounidense.
Sagan publicó numerosos artículos científicos y publicaciones, y fue autor, co-autor o editor de más de una veintena de libros. Defensor del pensamiento escéptico, científico y del método científico, fue también pionero de la exobiología, promotor de la búsqueda de inteligencia extraterrestre a través del Proyecto SETI e impulsó el envío de mensajes a bordo de sondas espaciales, destinados a informar a posibles civilizaciones extraterrestres acerca de la cultura humana. Mediante sus observaciones de la atmósfera de Venus, fue de los primeros científicos en estudiar el efecto invernadero a escala planetaria.
Radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico
Fue el primero en ocupar la Cátedra David Duncan de Astronomía y Ciencias del Espacio de la Universidad Cornell y fue Director del Laboratorio de Estudios Planetarios.
Pero, al margen de su meritoria carrera como científico, la popularidad le alcanzó como consecuencia de su trabajo como divulgador de ciencia. El Premio Pulitzer en 1978 para su obra "Los dragones del Edén" (Literatura General de No Ficción) y, especialmente, la co-autoria y el trabajo de presentador en la serie Cosmos: Un viaje personal (1980) le convirtieron en uno de los divulgadores de ciencia más conocidos, respetados e influyentes de su época. Su capacidad para transmitir al público no especializado complejos conceptos científicos con sencillez y rigor sembraron incontables vocaciones científicas en toda una generación de lectores y espectadores.
El cosmos es todo lo que es, o lo que fue, o lo que será alguna vez
CIENCIA, y el “Cosmos” del siglo XXI
El libro homenaje/actualización del COSMOS de Carl Sagan.
Más de medio centenar de científicos recogen el guante lanzado por Alicia Parra y Quintín Garrido para homenajear y actualizar el COSMOS de Carl Sagan en el 40 aniversario del estreno de la serie en televisión y de la publicación del libro.
Carl Sagan nació el 9 de noviembre de 1934 en Brooklyn, New York, en el seno de una familia de judíos de origen ucraniano. Desde una edad temprana mostró gran interés por la naturaleza y sus padres siempre alentaron este interés y curiosidad (dentro de sus posibilidades, su padre era obrero de la industria textil). Pronto su atención se enfocó en el espacio, influido, sin duda, por la lectura de historias de la edad de oro de la ciencia ficción clásica que despertaron su imaginación y el interés por cómo sería la vida en otros planetas.
Se matriculó en la Universidad de Chicago, obteniendo graduados en artes y en ciencias físicas, Master en Física en 1956 y se doctoró en Astronomía y Astrofisica en 1960. Durante el periodo académico trabajo junto a científicos como Hermann J. Muller (P. Nobel Medicina 1946), H. C. Urey (P. Nobel Quimica 1934), M. Calvin (P. Nobel Quimica 1961) o Gerald Kuiper, entre otros.
De 1960 a 1962, Sagan disfrutó de una Beca Miller para la Universidad de California, Berkeley. De 1962 a 1968, trabajó en el Smithsonian Astrophysical Observatory en Cambridge, Massachusetts. Hasta 1968 también impartió clases e investigó en la Universidad de Harvard. A partir de esta fecha se traslada a la Universidad de Cornell, Ithaca, en la que desempeñará diversos cargos relacionados con la ciencia espacial hasta su muerte en 1996.
Fotografía de la superficie de Venus
Carl Sagan se vinculó con el programa espacial estadounidense desde sus inicios. Colaboró en varias de las misiones de sondas robóticas de exploración diseñando experimentos para las misiones.
Carl Sagan junto a una maqueta de la sonda Viking
Suya fue la ocurrencia de incluir, en las sondas que fuesen a abandonar el sistema solar, un mensaje comprensible para cualquier inteligencia extraterrestre que pudiera encontrarlo (sondas Pioneer 10 y Pioneer 11 y en las sondas Voyager).
Fotografía de la placa instalada en las sondas Pioneer
Disco incluido en las misiones Voyager
Contribuyó significativamente al conocimiento y exploración de las condiciones atmosféricas del planeta Venus y a la comprensión de los cambios estacionales en la coloración de la superficie de marte en la época previa al envío de sondas robóticas. También fueron de gran importancia sus investigaciones sobre la posibilidad de vida extraterrestre, que incluyeron la demostración experimental de la producción de aminoácidos mediante radiación y a partir de reacciones químicas básicas.
Además de su trabajo como presentador, coautor y coproductor de la serie Cosmos, escribió numerosos libros de divulgación: el ya comentado Los dragones del Edén, El cerebro de Broca, El mundo y sus demonios, Un punto azul pálido.... En 1985 publicó la novela de ciencia ficción Contacto, basada en un boceto de guión anterior y que más tarde se concretaría en la película del mismo nombre.
Fue un hombre comprometido con la época en la que vivió, le detuvieron en dos ocasiones por protestar contra las pruebas nucleares norteamericanas tras el anuncio de moratoria indefinida por la URSS de Gorbachov. También advirtió de los peligros medioambientales de un conflicto bélico que provocara el incendio de los campos petrolíferos de Kuwait.