Pascal fue un niño prodigio y gracias a
ello se destacó, pues además de que su vida fue corta, dedicó la última década
de ella a la teología y al examen de su conciencia.
Su padre, que fue matemático y
funcionario del gobierno, supervisó la educación de su hijo y determinó que
debía instruirse en el estudio de las lenguas antiguas, prohibiendo, por tanto,
su acceso a los libros de matemáticas.
Siendo joven preguntó una vez, cuál era
la naturaleza de la geometría, a lo que se le contestó, que trataba del estudio
de formas y figuras. Según una historia que cuenta su hermana (se antoja algo
exagerada), se dice que descubrió por sí solo los treinta y dos teoremas de
Euclides en su orden correcto. Independientemente de la veracidad o no de esta historia,
el padre, asombrado y reverencioso a la vez, cedió de su empeño y dejo que el
niño estudiara matemáticas.
Con solo 16 años, Pascal publicó un
libro que trataba de la geometría de las secciones cónicas que dio un primer
avance a lo que estaba sin tocar desde hacía 19 siglos, donde lo dejó Apolunio.
Descartes se negó a creer que un niño de 16 años lo había escrito.
A la edad de 19 años inventó una
máquina de sumar y restar que lo hacía por un mecanismo de ruedas dentadas.
Esta máquina, construida para ayudar a su padre con las cuentas, es el
antepasado de los inventos de este tipo que acabaron transformándose en las
cajas registradoras.
Pascal mantuvo correspondencia con el
abogado y matemático Fermat, y juntos resolvieron problemas que les enviaba un caballero
jugador, a la vez que aficionado a la filosofía. Este caballero se preocupó al
ver cómo perdía dinero casi siempre al apostar por ciertas combinaciones al
tirar tres dados. Intentando resolverlo, los dos matemáticos fundaron la
moderna teoría de las probabilidades.
Esto tuvo una importancia trascendental
en el desarrollo de la ciencia al quitarle a las matemáticas (y al mundo en
general) la obsesión por la certeza absoluta. El hombre empezó a ver que se
pueden sacar consecuencias útiles y dignas de confianza a partir de materias
completamente inciertas.
Dos siglos más tarde otro físico
matemático, Maxwell, aplicó estas consideraciones al comportamiento de la
materia, sacando resultados del invisible, inseguro y absolutamente
imprevisible movimiento individual de los átomos.
Pascal también se dedicó a la física.
Estudiando el comportamiento de los fluidos, dedujo que la presión que se
ejercía sobre la superficie de un fluido se transmitía por todo el fluido contenido en el recipiente
y actuaba en dirección perpendicular a las paredes del mismo. Esto se conoce
como Principio de Pascal,
constituyendo la base de la prensa hidráulica, que luego Pascal describió en
teoría.
Si hacemos presión sobre un émbolo
pequeño en un extremo del recipiente, ésta se transmite por el fluido
levantando otro émbolo mayor colocado en otro lugar del recipiente, la fuerza
que empuja el émbolo mayor será a la fuerza que empuja al menor como lo es la
superficie del émbolo mayor que actúa sobre el fluido a la superficie del
menor. Esta multiplicación de la fuerza proviene que el émbolo menor tiene que
recorrer una distancia proporcionalmente mayor a la que recorre el grande. Al
igual que en la palanca de Arquímedes, el producto de la fuerza por la
distancia vale igual en los dos lados. De hecho, la prensa hidráulica es una
palanca.
Pascal también se interesó en la nueva
idea que sobre la atmósfera había iniciado Torricelli. Si la atmósfera pesaba,
dicho peso disminuiría con la altura, ya que mientras más se subiera uno menos
aire le iba quedando por encima. Esta disminución en el peso de atmósfera se
podía registrar en un barómetro.
Pascal era un enfermo crónico que
sufría continuamente de indigestión y jaquecas, lo que le hizo imposible subir
montañas. Sin embargo, en 1646 mandó a su joven y fuerte cuñado con dos
barómetros para que subiera por el Puy de Dôme (monte cercano al lugar de
nacimiento de Pascal). El cuñado vio que, después de subir aproximadamente un
kilómetro y medio, las columnas de mercurio habían bajado su nivel siete
centímetros y medio. Esto acabó por establecer definitivamente las teorías de
Torricelli, a pesar de las dudas que de ellas tenía Descartes. (Pascal repitió
el experimento de Torricelli con vino tinto en vez de mercurio. Al ser éste aún
más ligero que el agua, Pascal tuvo que usar un tubo de unos 18 metros de alto
para que contuviera la cantidad necesaria de líquido para contrarrestar el peso
de la atmósfera).
En 1646 Pascal cayó bajo la influencia
del jansenismo (secta católica antijesuítica). Al cabo de unos años su
convicción se intensificó tanto que le hizo pasar el resto de sus días dedicado
a la meditación, al ascetismo, a escribir libros religiosos (que incluyen los
famosos Pensamientos) y a sufrir
enfermedades. Sus escritos fueron brillantes y sirvieron de inspiración a
Voltaire, y Pascal no volvió a insistir más en temas científicos ni
matemáticos, a excepción de una semana del año 1658, que se desvivió por
resolver un problema matemático (que resolvió brillantemente) para distraer su mente
de un fuerte dolor de muelas que le atacaba. En sus últimos años Pascal declaró
que la mente no podría alcanzar nunca una interpretación del universo físico,
con lo que coincidió con la idea de Tales.
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