lunes, 3 de agosto de 2015

WERNHER VON BRAUN






         Hijo de un barón, Von Braun, estudió en Zurich, Suiza, y en Berlín. Obtuvo su doctorado en 1934 en la Universidad de Berlín. Cuando todavía era un adolescente, Von Braun había empezado a interesarse por los cohetes a través de sus lecturas de ciencia-ficción y en 1930 se unió a un grupo de entusiastas alemanes que estaban realizando experimentos con cohetes. Se lanzaron unos 85 cohetes, uno de los cuales alcanzó una altitud de unos 3 kilómetros. En 1932 el ejército alemán se hizo cargo del programa. Hitler subió al poder al año siguiente y para el año 1936 se estaba construyendo se estaba construyendo un centro de investigación de cohetes en Peenemünde, en el Báltico.
         En 1938 se construyó un cohete con una radio de acción de 20 kilómetros, que resultó de una importancia vital en los siguientes años, algo más tarde estalló la Segunda Guerra Mundial y la ciencia de los cohetes tenía decisivos propósitos militares.
         El propio Von Braun entró en el partido nazi en 1940 y bajo su dirección se disparó el primer misil, ya así considerado, en 1942, el cual ya llevaba su propio combustible y oxígeno. En 1944 el misil empezó a utilizarse para los combates, aunque afortunadamente era ya demasiado para que Hitler ganara la guerra. El arma era la famosa V-2  (la V es la inicial de “Vergeltung, Venganza”). En total se dispararon unas 4300 V-2 durante la guerra y de ellas unas 1230 cayeron sobre Londres produciendo la muerte de 2500 personas y unos 5900 heridos graves. Podía haber sido mucho peor a no ser por la oposición de Hitler a la evolución de las V-2 y por sus sospechas sobre Von Braun.
         Al final de la guerra, Von Braun y muchos de sus colegas huyeron hacia el oeste para rendirse a los americanos. Von Braun fue conducido rápidamente a los Estados Unidos (se hizo ciudadano americano en 1955) e inmediatamente puso todo su talento al servicio de su nuevo “patrono”.
         Fue el director que consiguió poner en órbita el primer satélite americano (Explorer I), el 31 de enero de 1958, después de cuatro meses de agonía, sufrimiento y desesperación a causa del lanzamiento del Sputnik. Quizá este primer satélite se hubiera lanzado antes que los Sputniks si se le hubiera dado el empuje suficiente, pero la política americana del gobierno de Eisenhower obstaculizó el proyecto al igual que la política alemana del régimen de Hitler había puesto trabas al mismo.
         Por fortuna para la carrera espacial americana y en general para toda la humanidad, y para el propio Von Braun, todo sufrió un brusco giro con la llegada de Kennedy y el empuje de la administración a los proyectos espaciales especialmente el Apolo.


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