lunes, 29 de febrero de 2016

GEORG SIMON OHM




         Ohm era hijo de un maestro mecánico interesado en la ciencia y que se afanó para que sus hijos recibiesen una educación científica. La ciencia no iba a tratar amablemente a Ohm.
         Ohm enseñaba en liceos, pero su ambición era conseguir un nombramiento en la universidad. Para esto tenía que presentar algún trabajo importante de investigación. Escogió el nuevo campo de corriente de electricidad que había sido abierto por Volta, pero era pobre y el equipo era caro y muy difícil de conseguir, así que tuvo que fabricarlo él mismo, en particular tuvo que diseñar sus propios conductores, siéndole muy útil la influencia de su padre.
         Ohm decidió aplicar a la corriente eléctrica, algunos de los descubrimientos hechos por Fourier pertenecientes al flujo del calor. Así como la razón por la cual el calor fluía desde el punto A al punto B, dependía en parte de la diferencia de temperatura entre esos dos puntos y en parte también a la facilidad con la que el calor era conducido por el material entre dichos puntos. Pensó que el fluir de la corriente eléctrica dependería del potencial eléctrico entre los puntos A y B, y en la conductividad eléctrica del material empleado entre ellos.
         Trabajando con conductores de distinto grosor y longitud, descubrió que la cantidad de corriente transportada era inversamente proporcional a la longitud y directamente proporcional a la sección del conductor. De este modo podía definir la resistencia del conductor y en 1827 demostraría que había una relación simple entre la resistencia, el potencial eléctrico y la cantidad de corriente transportada. A esto de llamó Ley de Ohm, que puede expresarse: el flujo de corriente a través de un conductor es directamente proporcional a la diferencia de potencial e inversamente proporcional a la resistencia (casi medio siglo antes Cavendish había descubierto esta relación, pero nunca la había publicado).
         De Ohm fue ésta la única contribución científica de primer orden, pero una contribución de primer orden era o debería ser bastante, para el merecimiento de su nombramiento universitario, que no consiguió, sin embargo. Su trabajo despertó gran cantidad de oposición y resentimiento, al parecer porque Ohm trataba de basar sus resultados en la teoría y parte de sus oyentes no llegaban a entenderlo, aunque también había cierto trabajo experimental apoyando su postura. De todos modos, se encontró con tantas críticas que no solo no consiguió su puesto universitario, si no que incluso tuvo que dimitir del puesto que tenía en al liceo.
         Durante seis años vivió en la pobreza con amarga desilusión, pero lentamente, fuera de Alemania, su obra se iba conociendo y cada vez estaba más y mejor valorada.
         Se encontró, con gran sorpresa por su parte, que le tributaban honores. La Royal Society le otorgó la medalla Copley en 1842. Finalmente, el profeta Ohm recibió honores en su propio país, y fue nombrado catedrático de la Universidad de Munich en 1849, de modo que pasó los últimos años de si vida en el apogeo de la ambición realizada.
         Su nombre se inmortalizó por el hecho de que se llama ohmio a la unidad de resistencia eléctrica. Así, cuando la corriente de un amperio pasa a través de una sustancia bajo la diferencia de potencial de un voltio, esa sustancia tiene una resistencia de un ohmio. Además, la unidad de conductividad (reciproca de la resistencia) es el mho, el nombre de Ohm deletreado al revés.


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