lunes, 16 de noviembre de 2015

PAUL SABATIER

Nobel Química-1912


 


         Sabatier obtuvo su título de doctor en 1880 en el Collège de France, donde fue ayudante de Berthelot. En 1882 fue a la Universidad de Toulouse, en donde ganó un puesto de profesor en 1884, en donde permaneció el resto de su larga vida. Al principio enseñó física y se interesó en química-física, inclinándose posteriormente hacia la química orgánica, en la que iba a adquirir fama a causa del fracaso de un experimento que realizó en 1897.
         El níquel forma uno de sus escasos compuestos volátiles (compuestos que se transforman en vapor a temperaturas bastante bajas) al combinarse con el monóxido de carbono para formar carbonilo de níquel. Era éste un compuesto interesante y Sabatier con un ayudante se metieron en la química orgánica para comprobar si no se formaría otro compuesto volátil de níquel por adición de hidrocarburo de etilénico, que tiene un enlace doble como el monóxido de carbono y quizá se comportase de la misma manera. Pero el experimento falló. Cuando se calentó el níquel con el etileno no se formó ningún compuesto volátil.
         Pero Sabatier y su ayudante guardaron los gases que se habían formado para analizarlos posteriormente, y se encontraron con etano. La molécula de etano era como la del etileno más hidrógeno en los enlaces dobles. Aparentemente, el níquel había actuado de catalizador, haciendo que se incorporase el hidrógeno al etileno para formar el etano.
         Sabatier se dedicó a la química orgánica y pasó el resto de su vida profesional con estudios de hidrogenaciones catalíticas. Su trabajo fue muy fructífero. Hasta entonces se utilizaba para la adición de hidrógeno catalizadores de paladio o platino, que eran metales muy escasos, y por consiguiente muy caros. Si se podía utilizar el níquel, que era mucho más barato, en su lugar, la hidrogenación ya no estaría reducida a los laboratorios, sino que podría hacerse en grandes cantidades industriales con procesos mucho más simples y económicos. Con la catálisis del níquel se hizo posible el obtener grasas comestibles, como la margarina y mantequillas a partir de plantas no comestibles, y aceites como el de la semilla del algodón, en cantidades y precios no igualados hasta entonces.
         Por este descubrimiento haber ido a la Sorbona de París en 1907, para suceder a Moissan, pero prefirió quedarse en el sur de Francia.
         Pese a todo, recompensaron a Sabatier con el premio Nobel de química de 1912, compartiéndolo con Grignard, por sus trabajos y labor sobre la catálisis.


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