Nobel Física-1935
Chadwick estudió en la Universidad de
Manchester y después de graduarse en 1911 trabajó con Rutherford, que era
profesor allí en aquella época. En 1913 recibió la misma beca que había llevado
a Rutherford desde Nueva Zelanda a Inglaterra dieciocho años antes. A Chadwick
le permitió ir a Alemania, donde pretendía trabajar con Geiger.
Desgraciadamente estalló la Primera Guerra Mundial y Chadwick se encontró
siendo un enemigo, prisionero de los alemanes para toda la duración de la
guerra.
En 1919 volvió a Inglaterra, realizando
trabajos de investigación en Cambridge. Volvió a trabajar con Rutherford
bombardeando diversos elementos con partículas alfa. En 1920 usó los datos
obtenidos de dichos experimentos para calcular la carga positiva de los núcleos
de algunos átomos. Sus resultados coincidieron perfectamente con la teoría de
los números atómicos desarrollada por Moseley.
Durante los años veinte se conocían dos
partículas subatómicas: el electrón, descubierto por Thomson, y el protón,
descubierto por Rutherford. Los protones estaban todos situados en el núcleo,
pero si éste contuviera suficientes protones para formar su masa tendría una
carga positiva muy superior a la observada. Es decir, el núcleo de helio tiene
una masa equivalente a cuatro protones, pero su carga equivale solo a dos de
ellos. Por lo tanto se pensaba que el núcleo debería contener algunos
electrones que neutralizaran parte de la carga de los protones. Estos
electrones no afectarían mucho en cuanto a la masa del átomo, puesto que los
electrones eran partículas enormemente ligeras. Incluso se pensó que los
electrones podrían actuar de <cemento> de unión para los protones, puesto que sin los
electrones los protones se repelerían a causa de su carga del mismo signo,
apartándose unos de otros y no consiguiendo un núcleo estable. De acuerdo con
este punto de vista, el núcleo de helio debería contener cuatro protones y dos
electrones para alcanzar una masa de 4 y una carga neta positiva de 2.
Existían razones teóricas, sin embargo,
que discrepaban con la teoría del núcleo formado por protones y electrones y
también existían otras que hacían sospechar la existencia de una partícula sin
carga. Durante los años veinte Rutherford y Chadwick hicieron varios intentos
para intentar localizar una partícula de este tipo, pero no lo consiguieron. La
dificultad estribaba en que la partícula que buscaban, al no poseer carga, no
ionizaba las moléculas del aire y era esta ionización la que permitía, en las
cámaras de niebla, la detección de partículas subatómicas con mayor facilidad.
Sin embargo, entre 1930 y 1932 algunos
científicos, incluyendo a Bothe y a los Joliot-Curie, notaron que cuando se
exponían al bombardeo de partículas alfa algunos elementos ligeros, como el
berilio, se producía un cierto tipo de radiación, cuya presencia se manifestaba
por la expulsión de protones en la parafina. Desgraciadamente no se dio la
interpretación adecuada a este fenómeno.
En 1932 fue Chadwick el que repitió
estos experimentos y demostró que la mejor manera de explicar los efectos
producidos era suponer que las partículas alfa provocaban la expulsión de
partículas neutras del núcleo del átomo de berilio y que dichas partículas
neutras (cada una de las cuales tenía la misma masa que un protón) producían a
su vez la expulsión de protones de la parafina. Así fue como se descubrió la
partícula neutra (el neutrón).
El neutrón resultó ser con mucho la
partícula más útil para iniciar las reacciones nucleares y Chadwick recibió,
como consecuencia de su descubrimiento, el premio Nobel de física en 1935. Por
aquel tiempo todavía se tenía que descubrir que entre las reacciones iniciadas
por los neutrones estaba la de la fisión del uranio. Esto lo demostraron Hahn y
Meitner tres años más tarde.
Con el descubrimiento del neutrón se
llego a la conclusión de que los núcleos atómicos no tenían por qué contener
electrones, sino que, como pronto sugirió Heisengerg, estaban compuestos por
protones y neutrones. Por tanto, el núcleo de helio contenía dos protones y dos
neutrones con una masa total de 4 y una carga total positiva de 2. Los
diferentes isótopos de un cierto elemento contenían todos el mismo número de
protones (y, por tanto, el mismo número de electrones en la periferia –de modo
que las propiedades químicas dependían de este número de electrones y de su
colocación-), pero poseían diferente número de neutrones. Por tanto, por
ejemplo, de las dos variedades de átomos de cloro, uno contenía 17 protones y
18 neutrones, con una masa total de 35, mientras que el otro contenía 17
protones y 20 neutrones, con una masa total de 37. Los dos isótopos se
distinguían nombrándolos por cloro-35 y cloro-37. Por fin, finalmente, la
teoría isotópica de Soddy y Aston, propuesta dos décadas antes, se apoyó sobre
una basa racional.
La idea de que el núcleo estaba formado
por protones y neutrones cubría todas las necesidades teóricas salvo una: ¿qué
era lo que mantenía juntos a todos los protones positivamente cargados dentro
del diminuto núcleo? Para explicar esto fue necesario esperar solo unos pocos
años hasta que Yukawa realizara sus cálculos.
En 1935 Chadwick fue nombrado profesor
de física en la Universidad de Liverpool. Permaneció fuera de Alemania durante
la Segunda Guerra Mundial, afortunadamente, y fue elegido director del proyecto
para la construcción de la bomba atómica de Gran Bretaña, pasando algún tiempo
en los Estados Unidos. Fue condecorado en 1945.
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