lunes, 21 de diciembre de 2015

VICTOR FRANCIS HESS

Nobel Física-1936





         Hess obtuvo su doctorado en la Universidad de Graz en 1906. Fue miembro del profesorado de la Academia de Ciencias de Viena, donde permaneció algunos años. En 1920 fue nombrado profesor en Graz.
         Durante este tiempo Hess se interesó por localizar la fuente de la radiación de fondo que aparecía bajo la forma de ionizaciones en la atmósfera, incluso dentro de recipientes protegidos. Se creía que pequeñas cantidades de material radioactivo estaban presentes en todas partes, en el suelo y el aire, de modo que éstas daban lugar a la radiación.
         En 1911 y a partir de entonces, Hess fue uno de los que enviaron globos con electroscopios a una altura de 8000 metros. (Los electroscopios son instrumentos simples en los cuales dos láminas de oro, ambas cargadas eléctricamente, se repelen formando una V invertida. Cuando la radiación ioniza el aire que está dentro del electroscopio, la carga se disipa y las láminas se juntan. A partir del acercamiento de las láminas se puede medir la cantidad de ionización, y por tanto, la de radiación.)
         Los experimentos llevados a cabo con los globos estaban destinados a demostrar que un electroscopio aislado y protegido era menos afectado a gran altura, lejos de la radioactividad del suelo. Sin embargo, Hess descubrió, con gran sorpresa para él, que a tales alturas la radiación era marcadamente mayor, unas ocho veces mayor de hecho, que la de la superficie de la Tierra. Otros científicos habían observado también este mismo fenómeno, pero Hess fue el primero en presentar los resultados con valores concretos, sugiriendo que la radiación venía del espacio. Millikan llamó a esta radiación Rayos Cósmicos.
         Los rayos cósmicos eran importantes no solo por la información que transmitían, o que deberían transmitir en relación con el proceso astrofísico y con la historia del universo, sino también por el hecho de que representaban una forma de energía particularmente concentrada.
         Los rayos cósmicos daban lugar a nuevas partículas que hasta mucho después no se podían encontrar de ninguna otra manera. Fue, por ejemplo, durante la investigación de los rayos cósmicos cuando Anderson descubrió el positrón y Powell el pi-mesón.
         Hess recibió el premio Nobel de física en 1936 por su descubrimiento, compartiéndolo con Anderson.
         Inmediatamente después de la anexión de Austria por Hitler, Hess se dio cuenta del peligro que corría y emigró a Estados Unidos. En 1938 entró a formar parte del profesorado de la Universidad de Fordham y en 1944 se hizo ciudadano americano.


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