Mach estudió física y se licenció de
doctor en la Universidad de Viena en 1860. Le influenció mucho la psicofísica
de Fechner. Al considerar el la físico de la sensación, como requería la
psicofísica, creó la noción, en 1872, que todo el saber era un asunto de
sensación.
Era un filósofo de la ciencia, en la
época en que la confianza científica había alcanzado su cima. Después de Newton parecía que los
científicos podían explicar todo, basándose en la mecánica, y casi se podían
considerar las leyes de la naturaleza con existencia propia,
Mach insistió en que las leyes de la
naturaleza eran simplemente generalizaciones hechas por el hombre,
conveniencias inventadas, para proteger innumerables observaciones, pero eran
solo estas observaciones en si las que tenían realidad, siempre que llegásemos
a aceptar la validez de la sensación.
Se opuso vigorosamente al uso de
objetos invisibles e insensibles para explicar fenómenos físicos, oponiéndose
en particular a la teoría atómica. El calor que fluía era un hecho perceptible
y las leyes de la termodinámica eran interpretaciones de tales hechos. En su
punto de vista esto era claro y no se necesitaba ir más lejos. Utilizar
diminutas bolas de billar para explicar hechos visibles, como el comportamiento
de los gases, o el fluir del calor, como hacía Maxwell, le parecía que era
introducir algo que no se podía percibir y por lo tanto místico.
Se opuso también a la idea de que el
espacio y el tiempo eran algo más que generalizaciones hechas de la
observación. Las propiedades del espacio no tenían existencia independiente,
sino que dependían del contenido de masa y su distribución (a esto se le llama
todavía principio de Mach). Además, lo que llamamos tiempo era simplemente la
comparación de una sucesión de movimientos con otro patrón. (Las agujas del
reloj, por ejemplo.)
La filosofía de Mach no la acogieron
con entusiasmo en su época. Los atomistas ya tenían su sitio y a medida que
pasaron los años su influencia y crédito se fue fortaleciendo cada vez más. Gracias
al trabajo de Einstein y Perrin al
principio de siglo, los átomos, más que nunca, tomaban existencia concreta y
aun un partidario de Mach como Ostwald tuvo que confesarse a sí mismo que los
átomos eran reales. Sin embargo, algo de la filosofía de Mach, sobre todo su
principio, iba a influir en Einstein. Además, si los átomos se aceptaban ahora
por todos los científicos, el punto de vista de Mach prevaleció pues finalmente
no eran las bolas de billar en que se habían esquematizado durante el siglo XIX.
Es imposible hacer analogías mecánicas a nivel atómico y los hombres de ciencia
se han visto forzados a aceptar las expresiones matemáticas para simbolizar a
los átomos, sin hacer ningún intento de búsqueda de alguna analogía con algún
objeto del mundo ordinario.
Por lo que más se conoce a Mach es por
sus experimentos, con y, en el aire en movimiento. Fue el primero que notó el
cambio que experimentaba un objeto movible cuando alcanzaba la velocidad del
sonido. Por estos experimentos y descubrimientos, la velocidad del sonido en el
aire, bajo determinadas condiciones de temperatura, se llama <Mach 1>.
Dos veces la velocidad del sonido, Mach 2 y así sucesivamente.
En esta época de viajes supersónicos,
los números de Mach llenan los artículos periodísticos, pero muy pocos de los
que escriben y menos entre quienes lo leen saben de donde viene el nombre de
Mach.
En sus últimos años, Mach no aceptó la
Teoría de la Relatividad de Einstein, aunque esta teoría contenía muchas de sus
propias ideas.
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