Volta no fue ni mucho menos un niño
prodigio. No aprendió a hablar hasta los cuatro años y su familia estaba
convencida de que sufría de algún retraso mental. Sin embargo, a los siete años
ya estaba a la altura de los de su edad y a partir de entonces empezó a
destacarse.
Volta se interesó por el fenómeno de la
época, la electricidad. Interés despertado por las nuevas teorías sobre la
electricidad emitidas por Priestley. En 1774 fue elegido profesor de física del
Colegio Superior de cómo y al año siguiente inventó el electróforo, aparato que
describió en una carta a Priestley. Este aparato consistía en un disco metálico
cubierto de ebonita y otro disco también metálico con un asa aislada
eléctricamente. El disco de ebonita se frota, con lo que adquiere carga
eléctrica negativa. Si se coloca encima el disco metálico, aparece en la
superficie inferior de éste carga eléctrica positiva y en la superior negativa.
Esta carga negativa de arriba puede llevarse a tierra y perderse y repitiendo
el proceso podemos crear una gran carga en el disco que sostenemos con el asa.
Este aparato acumulador de carga, sustituyó al vaso de Leyden y es el
fundamento de los condensadores del siglo XX.La fama de Volta se difundió en
seguida como resultado de todo esto. En 1779 se le asignó la cátedra de la
Universidad de Pavía, donde continuó con sus trabajos sobre la electricidad.
Inventó otros aparatos de electricidad estática y recibió la medalla Copley de
la Royal Society en 1791, siendo más tarde elegido miembro de la propia
sociedad. La mayor hazaña estuvo relacionada con la electricidad dinámica
(corriente eléctrica) a la vez que con la estática. Siguió los experimentos de
Galvani al día, y se planteó el problema de si la corriente eléctrica que
aparecía al contacto de dos piezas metálicas con el músculo, tenía su origen en
el músculo o en las piezas metálicas. Para comprobarlo decidió en 1794 hacer
uso de los metales sin intervención del músculo y vio que al momento se
establecía una corriente eléctrica, por lo que dedujo que no tenía nada que ver
con los tejidos o casa vital alguna. Esto entabló controversias entre los dos
italianos (y entre la comunidad científica internacional en general),
situándose el alemán Humboldt a la cabeza de los seguidores de Galvani y el
francés Coulomb a la cabeza de los de Volta. Con el paso del tiempo el peso de
la evidencia se inclinó más y más hacia Volta, y Galvani finalmente murió
amargado.
En 1800, Volta afianzó su victoria inventando
aparatos que producían un flujo de corriente eléctrica. Utilizó recipientes con
una solución salina, conectados por arcos metálicos, una de cuyas puntas se
metía en un recipiente y la otra en el siguiente, siendo de cobre un extremo
del arco y de estaño o cinc el otro. Como cualquier grupo de objetos similares
que hacen un trabajo de unidad se llama batería, el invento de Volta era una
“batería eléctrica”, la primera de la historia. Volta redujo complicaciones de
tamaño y de molestias originadas por las soluciones. Utilizó pequeños discos
redondos de cobre y cinc y otros de carbón impregnado en la solución salina.
Los colocaba unos sobre otros, empezando desde abajo, cinc, carbón, cobre,
cinc, carbón… y así sucesivamente. Si se unía un alambre con la parte superior
e inferior de esta “pila de Volta” lo atravesaba una corriente eléctrica al
cerrarse el circuito. Al poco tiempo, esta pila empezó a tener un uso práctico
gracias a Nicholson y condujo directamente a la asombrosa obra de Davy. El
invento de la batería puso por las nubes el nombre de Volta, quien fue llamado
por Napoleón en 1801 para que le hiciera una especie de demostración de sus
experimentos. Recibió innumerables reconocimientos, medallas y condecoraciones,
incluida la <Legión de Honor> e incluso le hicieron conde. Su mayor
honor, sin embargo, reside en que la unidad de fuerza electromotriz (la fuerza
que conduce la corriente eléctrica, diferencia de potencial) se llamó y se
llama voltio. La energía de partículas cargadas en movimiento, física de
partículas, producidas y/o estudiadas en los modernos centros de física
fundamental y en los aceleradores se mide en la unidad de electrón-voltio. Un
<billón> de electrón-voltios se
abrevia con el término <bev> y con motivo de ello los aceleradores de
partículas iniciales, o desintegradores de átomos, se dieron por llamar
<bevatrones>. En todas estas expresiones la <v> es en honor a
Volta.
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