lunes, 2 de mayo de 2016

GUSTAV ROBERT KIRCHHOFF




         Kirchhoff estudió en la Universidad de Königsberg e hizo trabajos muy interesantes en la teoría eléctrica. Por ejemplo, fue el primero en señalar que la corriente eléctrica se movía a la velocidad de la luz.
         Su verdadera fama empezó en 1854 cuando le nombraron profesor de física en Heidelberg y allí encontró a Bunsen, que se interesaba en la fotoquímica (las reacciones químicas que absorben o producen luz) y estudiaba la luz producida a través de filtros de color. Kirchhoff, con reminiscencias de Newton, le sugirió que utilizase un prisma, una vez que hicieron eso los dos consiguieron el mismo espectroscopio, al dejar pasar la luz por una rendija la prisma. Las longitudes de onda de la luz se refractaban de un modo diferente, de modo que al poner distintas imágenes en la rendija se conseguían espectros diferentes.
         El punto decisivo fue el empleo del mechero Bunsen, descubierto por éste en 1857. Este mechero daba tan poca luz que no formaba fondo luminoso y no producía confusiones de longitud de onda en la luz estudiada o en los minerales calentados hasta la incandescencia. Otros que había trabajado anteriormente en esta línea de investigación, pero sin el mechero Bunsen, se confundieron por las líneas luminosas del fondo y las bandas que formaban los compuestos de carbono calentados.
         Por el uso del espectroscopio en seguida comprendió Kirchhoff que cada elemento químico, cuando se calentaba producía una muestra característica de líneas de colores. Así, el vapor de sodio incandescente producía una línea amarilla doble. En cierto modo, los elementos producían su propia <huella de líneas de color> y los elementos que contenía cualquier mineral se podían averiguar en función del espectro de dicho mineral.
         Ya en 1859 este nuevo método analítico se iba abriendo camino poco a poco y fue inevitable que se encontrase algún mineral que formase alguna línea o grupo de ellas que no se había observado con anterioridad. La conclusión, por tanto, fue que dicho mineral debía contener, estar compuesto, de algún elemento que no se había observado en ningún espectro con anterioridad.
         De esta manera se descubrió el cesio, el anuncio fue hecho el 10 de Mayo de 1860, el nombre del nuevo elemento (del latín, cielo azul) deriva de la línea prominente en su espectro. Al año se descubrió otro elemento, el rubidio (del latín, rojo) que marcaba el color de la línea por la cual se había descubierto. Estas hazañas en seguida fueron duplicadas por Reich y Richter y también por Crookes.
         Kirchhoff aún fue más lejos con el espectroscopio. Se dio cuenta que la doble línea brillante del espectro del sodio estaba justamente en la misma posición que la línea oscura del espectro solar que Fraunhofer había designado como D. Hizo que la luz del Sol y la del sodio pasasen juntas por la ranura, a fin de que la línea oscura fuese neutralizada por la doble brillante, pero en lugar de eso la línea se volvió más oscura.
         De este y otros experimentos similares, saco la conclusión de que cuando la luz pasa por un gas, éste absorbe las longitudes de onda, líneas, que emitiría en estado de incandescencia. A esto se le llamó Ley de Kirchhoff, aunque también fue descubierta por otros al mismo tiempo.
         Si el Sol poseía la línea D, esto quería decir, entonces, la luz del Sol pasaba por un vapor de sodio en su camino hacia la Tierra. El único sitio donde este vapor podía existir sería en la misma atmósfera del Sol. Por consiguiente, se podía asegurar que existía sodio en el Sol. De este modo identificó media docena de elementos en dicho astro y otros científicos, como Ángstrom, Donati y Huggins, se esforzaron en estas pruebas espectroscópicas. De este modo se echo por tierra la afirmación categórica del filósofo francés Auguste Comte, quien en 1835 había dicho que la constitución de las estrellas era un ejemplo de la clase de conocimiento que la ciencia sería incapaz de alcanzar. Comte murió (loco) dos años antes de ver el adelanto de la espectroscopia.
         El banquero de Kirchhoff, sin impresionarse porque éste hubiera encontrado elementos en el Sol, le dijo ¿Para qué sirve que haya oro en el Sol, si no puedo bajarlo a la Tierra? Cuando el Gobierno Británico recompensó a Kirchhoff con una medalla de oro por sus trabajos, éste se la paso a su banquero con el comentario <Aquí está el oro del Sol>.
         Pero el descubrimiento fue mucho más grande todavía. Posteriormente, las líneas espectrales probaron que eran de gran utilidad, no solamente para el gran mundo del Universo, sino también para el pequeño mundo del interior de los átomos. Balmer dio los primeros pasos en esa dirección.
         También señaló Kirchhoff que un cuerpo perfectamente negro (el que absorbe todas las radiaciones que caen sobre él, cualquiera que sea la longitud de onda), al calentarse hasta la incandescencia emitiría todas las longitudes de onda. A esta conclusión había llegado de manera independiente Stewart.
         El estudio de la radiación del cuerpo negro fue de gran importancia una generación más tarde, ya que condujo a la Teoría Cuántica de Planck.
         Hoy en día se reconoce por muchos a Kirchhoff y Bunsen como los padres y precursores de la Física Cuántica.


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