lunes, 25 de julio de 2016

PERCY WILLIAMS BRIDGMAN

Nobel Física-1946




        La vida científica de Bridgman esta enteramente ligada a Harvard. Después de estudiar en las escuelas públicas de Newton, Massachussets, entró en Harvard en 1900, obteniendo allí sucesivos títulos hasta llegar al doctorado en 1908. Inmediatamente después de obtener su doctorado entró a formar parte del claustro de la universidad, ocupando una cátedra en 1913, donde permaneció hasta que se retiró en 1954.
         A pesar de que todavía no había obtenido su doctorado, Bridgman estaba ya trabajando en el campo de las altas presiones. En 1905 el equipo con el cual estaba trabajando falló en el intento de utilizar las presiones que Bridgman se proponía aplicar a cierto experimento y, por  tanto, volvió su atención al diseño de un equipo que no fallara. En los aparatos primitivos el error estaba localizado en los cierres de las juntas, que normalmente se daban de si.
         Bridgman diseñó un nuevo aparato con cierres que se apretaran más fuertemente a medida que la presión aumentaba. De manera que la resistencia permisible sería la del propio material con el que se construyera el aparato y no por los cierres o juntas. Casi inmediatamente consiguió una presión de 20.000 atmósferas.
         Usando materiales más resistentes y aumentando la presión del recipiente desde el exterior, continuó obteniendo presiones cada vez más altas. A través del uso de estas altas presiones fue capaz de estudiar nuevas formas de sólidos. Esto tenía valor no solo por si mismo, sino también por la luz que arrojó al conocimiento de las sustancias de los procesos en el interior de la Tierra.
         Por su trabajo Bridgman recibió el premio Nobel de física en 1946.
         En 1955 se anunció una dramática consecuencia cuando, siendo Bridgman consultor, los investigadores de la General Electric fueron capaces de formar diamantes sintéticos usando una combinación de alta presión y alta temperatura.
         Bridgman fue un importante filósofo de la ciencia y además de su gran éxito como científico hay que sumarle la publicación de diversos e interesantes libros sobre la naturaleza de la física.


lunes, 11 de julio de 2016

ALESSANDRO VOLTA




         Volta no fue ni mucho menos un niño prodigio. No aprendió a hablar hasta los cuatro años y su familia estaba convencida de que sufría de algún retraso mental. Sin embargo, a los siete años ya estaba a la altura de los de su edad y a partir de entonces empezó a destacarse.
         Volta se interesó por el fenómeno de la época, la electricidad. Interés despertado por las nuevas teorías sobre la electricidad emitidas por Priestley. En 1774 fue elegido profesor de física del Colegio Superior de cómo y al año siguiente inventó el electróforo, aparato que describió en una carta a Priestley. Este aparato consistía en un disco metálico cubierto de ebonita y otro disco también metálico con un asa aislada eléctricamente. El disco de ebonita se frota, con lo que adquiere carga eléctrica negativa. Si se coloca encima el disco metálico, aparece en la superficie inferior de éste carga eléctrica positiva y en la superior negativa. Esta carga negativa de arriba puede llevarse a tierra y perderse y repitiendo el proceso podemos crear una gran carga en el disco que sostenemos con el asa. Este aparato acumulador de carga, sustituyó al vaso de Leyden y es el fundamento de los condensadores del siglo XX.La fama de Volta se difundió en seguida como resultado de todo esto. En 1779 se le asignó la cátedra de la Universidad de Pavía, donde continuó con sus trabajos sobre la electricidad. Inventó otros aparatos de electricidad estática y recibió la medalla Copley de la Royal Society en 1791, siendo más tarde elegido miembro de la propia sociedad. La mayor hazaña estuvo relacionada con la electricidad dinámica (corriente eléctrica) a la vez que con la estática. Siguió los experimentos de Galvani al día, y se planteó el problema de si la corriente eléctrica que aparecía al contacto de dos piezas metálicas con el músculo, tenía su origen en el músculo o en las piezas metálicas. Para comprobarlo decidió en 1794 hacer uso de los metales sin intervención del músculo y vio que al momento se establecía una corriente eléctrica, por lo que dedujo que no tenía nada que ver con los tejidos o casa vital alguna. Esto entabló controversias entre los dos italianos (y entre la comunidad científica internacional en general), situándose el alemán Humboldt a la cabeza de los seguidores de Galvani y el francés Coulomb a la cabeza de los de Volta. Con el paso del tiempo el peso de la evidencia se inclinó más y más hacia Volta, y Galvani finalmente murió amargado.

         En 1800, Volta afianzó su victoria inventando aparatos que producían un flujo de corriente eléctrica. Utilizó recipientes con una solución salina, conectados por arcos metálicos, una de cuyas puntas se metía en un recipiente y la otra en el siguiente, siendo de cobre un extremo del arco y de estaño o cinc el otro. Como cualquier grupo de objetos similares que hacen un trabajo de unidad se llama batería, el invento de Volta era una “batería eléctrica”, la primera de la historia. Volta redujo complicaciones de tamaño y de molestias originadas por las soluciones. Utilizó pequeños discos redondos de cobre y cinc y otros de carbón impregnado en la solución salina. Los colocaba unos sobre otros, empezando desde abajo, cinc, carbón, cobre, cinc, carbón… y así sucesivamente. Si se unía un alambre con la parte superior e inferior de esta “pila de Volta” lo atravesaba una corriente eléctrica al cerrarse el circuito. Al poco tiempo, esta pila empezó a tener un uso práctico gracias a Nicholson y condujo directamente a la asombrosa obra de Davy. El invento de la batería puso por las nubes el nombre de Volta, quien fue llamado por Napoleón en 1801 para que le hiciera una especie de demostración de sus experimentos. Recibió innumerables reconocimientos, medallas y condecoraciones, incluida la <Legión de Honor> e incluso le hicieron conde. Su mayor honor, sin embargo, reside en que la unidad de fuerza electromotriz (la fuerza que conduce la corriente eléctrica, diferencia de potencial) se llamó y se llama voltio. La energía de partículas cargadas en movimiento, física de partículas, producidas y/o estudiadas en los modernos centros de física fundamental y en los aceleradores se mide en la unidad de electrón-voltio. Un <billón>  de electrón-voltios se abrevia con el término <bev> y con motivo de ello los aceleradores de partículas iniciales, o desintegradores de átomos, se dieron por llamar <bevatrones>. En todas estas expresiones la <v> es en honor a Volta.